Barack Obama y su perro Bo ¿Quién pasea a quién?


Muy felices se las prometía Barack Obama, cuando salió todo dispuesto a pasear a Bo, el perro de sus hijas, por los jardines de la Casa Blanca, y demostrar lo bien que se le da posar paseando al chucho, sujeto por su coqueta correa roja y lo obediente y bien adiestrado que está....

¡Si, si...! Bo no estaba por la labor, de comportarse como un perro presidencial, y decidió que era él, el que paseaba al Presidente, dado que lo llevaba a paso ligero, y Obama tuvo que reconocer, que llego a apretar los dientes de la vergüenza que sintió de verse dominado y a la carrera por culpa de la energía del can, que imponía su santa voluntad, delante de todos los asistentes , llegando a decir resignadamente:" Yo solo soy el encargado, el jefe es él"

Menos mal que acudió Michele, su mujer, a echarle un cable, que aunque también tuvo que correr, para poder alcanzarlos, logro controlar a Bob y hacer que la situación fuera la normal, pasear ellos al perro, no que el perro los paseara a ellos.

Todo quedó en una simpática anécdota, pero seguro que a más de uno le vendrá a la cabeza la pregunta del millón "Si el presidente, del llamado, país más poderoso, del mundo no puede controlar a su perro ¿será capaz de controlar a su país?"


La respuesta es fácil, en las próximas elecciones "Bob For President! (Mi voto ya lo tiene)

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