Amy Winehouse le pega a La Cenicienta para quedarse con el Príncipe Azul



Amy Winehouse, la ha vuelto a liar parda y es que ella "es no es, está o no está", no puede pasar desapercibida, ni siquiera en una función teatral, para niños, donde ella no era la protagonista, si no una espectadora más y eso de ser una más entre la masa, no le sienta bien a la "del cardado imposible" y decidió dar muestras de que ella a pesar de estar en el patio de butacas, era la protagonista indiscutible del clásico de Disney, "La Cenicienta".

En medio de la representación empezó a insultar a gritos a los actores de la obra, incluido al veterano Mickey Rooney, a llamarles "zorras" a las hermanastras de Cenicienta, que se ve que no le caían nada bien, la verdad es que son unas arpías y se merecen todos los males del mundo mundial, pero Amy por los dioses del Universo, que son actrices, que es un cuento.


No contenta con haber puesto a caldo a las hermanastras, decidió quitarle el novio a Cenicienta, que eso si que ya está muy, pero que muy feo, y a grito pelado, empezó a pedirle al Príncipe Azul, que a esas alturas ya estaba negro, que la eligiese a ella en vez de a Cenicienta, con el agravante de que el actor que interpretaba al príncipe, Anthony Kavanagh, era amigo de Amy (y digo era, porque seguro ya no lo es), que la invitó personalmente a la obra, para presumir ante los otros actores de sus contactos en el mundo del famoseo. (No soy adivina, pero fijo que no la vuelve a invitar)

Como el príncipe azul, no abandonó a Cenicienta por ella, arremetió contra el Hada Madrina, a la que empezó a decirle, y os transcribo literalmente lo que le dijo, porque se entiende que es un insulto, pero yo el insulto no lo entiendo (vaya lío):

"(Amy) le dijo a Anthea 'Te quiero, Anthea, forro adhesivo. Te quiero' (¿?) Amén de decirle eso, la manchó de sangre de un corte que llevaba en la muñeca, que ya no sé si es que intentaba cortarse las venas, por el rechazo del príncipe o era un corte que se había hecho anteriormente y que le sangraba por la tensión del momento.


Viendo el cariz que tomaban las cosas y que ya la obra había perdido su protagonismo, para dar paso al espectáculo montado por la furiosa Amy, el manager de la obra, Richard Pound, decidió intervenir, para calmarla y fue peor el remedio que la enfermedad, porque eso sacó aún más a Amy de sus casillas, que se lanzo como una posesa sobre él, enganchándolo de los pelos, liándose a puñetazos y dándole unas cuantas patadas en la entrepierna, todo un recital de golpes.

Así que Amy, en vez de quedarse con el príncipe azul y salir en una carroza maravillosa camino del palacio encantado, salió acompañada de la policía y en un coche policial, camino de la comisaría, donde el juez la dejó en libertad bajo fianza y tendrá que comparecer de nuevo ante el tribunal el 20 de enero.


En fin, que a partir de ahora los niños recordarán el cuento de Cenicienta, más o menos así: "Era una hermosa princesa, a la que odiaban sus hermanastras, porque iba a casarse con su Príncipe Azul, pero llegó Amy Winehouse y la emprendió a leches, hasta con el apuntador. Colorin colorado Amy acabó en el juzgado".

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