Hoy me he quedado atónita y con la moral por los suelos, al leer la terrible noticia de que una niña de quince años, después de ser abandonada por su novio, quizás su primer amor y el que más duele, ser acosada por sus compañeros de clase y en una red social, escogió el camino, que en su juvenil mente, le pareció el más seguro, para librarse de toda la angustia: "el suicidio"

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Por fin ya está aquí, mi nieta Aroa, desde ayer a las 22:45, por fin decidió asomarse a ver que había fuera de ese lugar, calentito y agradable, que era la barriga de mamá y que ya se le quedaba pequeño.

Se ve que le gustó, porque ya está con nosotros, y eso lleva muchos cambios, aparte de los de pañales, sus papás son más papás, su hermano Beto, acaba de contraer la enorme responsabilidad de convertirse en hermano mayor a sus 10 años y yo puedo seguir con mis prácticas de "malcriar", que para educar ya están los padres.

Es una niña preciosa, y no es "amor de abuela", por eso os cuelgo las fotos, para que veáis que por una vez no exagero nada de nada, no le he hecho más, porque con tan solo unas horas de vida, ya la he incordiado lo suficiente, pero es presumida, porque no ha protestado ni una sola vez, creo que hasta le gusta posar.

¡Soy abuela otra vez! Estoy tan emocionada, que no sé ni expresarme. Tan sólo puedo decir que ver su carita, hace que todo lo malo y los triste deje de existir y darle gracias a la vida por este regalo.