
Un buen día, éste hombre, fue acusado de pertenecer al movimiento rebelde Mau Mau (Fuera Fuera), que quería recuperar Kenia para los Keniatas, lo llevaron a una prisión de alta seguridad, donde todos los días era sometido a atroces torturas por los soldados ingleses, que querían delatara los secretos de sus compañeros rebeldes, y así un día tras otro hasta su liberación, según cuenta su esposa, ya anciana, Sarah Onyango que relata alguno de los castigos que le infligían: